Cuando la medicina era artesanal

“Se imploraba; háganme sabio que viejo me vengo solo”
Hoy pretendo transmitirles algunas aristas de la experiencia obtenida luego de más de 40 años de haber sido y trabajado como médico.
Empleo los dos términos porque no es lo mismo ser que trabajar de médico aunque parezca una sutileza. Es que justamente los profesionales y artesanos no se consideran trabajadores dado que la remuneración por su trabajo no suele estar regulada.

Hasta hace muy poco tiempo; digamos 10 o 15 años, el médico era una persona pero más un personaje.
Esto último le confería la connotación de actor ya sea como artista o socialmente. Era respetado tanto por sus palabras como por sus gestos y todo lo que de él emanaba era casi mágico o divino y en mayor o menor grado nosotros nos lo creíamos (la principal condición del actor es que su caracterización sea creíble). Su opinión era indiscutida, ya hablara de política, religión, economía, arte o el sexo de los ángeles, por considerárselo culto o ilustrado.-la cultura es el conjunto de conocimientos no especializados obtenido gracias al desarrollo del intelecto a través de la lectura, el estudio, el trabajo, la observación y fundamentalmente el razonamiento o sentido común-Este halo lo obligaba a uno a medir sus palabras y actos o gestos.
No sé si era tan bueno el rol del médico, su imagen y predicación pero al menos imponía respeto de ambas partes en la relación médico-paciente.

Sin embargo en estos últimos años todo se fue degradando tanto en la sociedad como en los profesionales. En la sociedad hubo una gran caída de los valores ético- morales en la procura del dinero, para subsistencia o ambición, también en los profesionales, a lo que hay que sumarle la irrupción de la tecnología e informática. Se abandonó todo lo artesanal de la relación con el padeciente, que incluía amplio interrogatorio como para conocer mejor al enfermo y su enfermedad, examen físico muy exhaustivo; al paciente se lo tocaba sin temor a una denuncia penal ya que ni se pensaba en eso y por último, los exámenes complementarios.
Hoy generalmente comienzan por el último paso, pidiendo los estudios que pueden ser interpretados erróneamente por haber obviado los dos primeros pasos y al no conocer al enfermo-El que no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra-, con demoras para recibir los resultados y posteriormente decidir la conducta que suele ser la derivación al especialista con más pérdida de tiempo y dinero.

Para terminar totalmente con la medicina artesanal apareció la informática, y fue la barrera definitiva entre ambos lados del escritorio con la casi desaparición del examen físico con los datos valiosísimos e inmediatos que aporta. Claro que la aconsejo por ser rápida y utilísima pero también hacer el examen físico. No abandonar lo artesanal pues es causa y efecto del vertiginoso avance tecnológico y de servicios del mundo actual por su creatividad.

Esa medicina artesanal permitía sentir el aliento cetónico del diabético descompensado, del tabaquista y eletilista, la piel del deshidratado, diagnosticar una neumonía sin sacar una placa y palpar un ganglio o un tumor.

Se pesaba y medía y recién después se volcaban los datos en la historia clínica, por lista de problemas comenzando por el activo o sea el motivo de consulta y anotando los problemas pasivos como trastornos nerviosos, (angustia, depresión), obesidad, sedentarismo, adicciones, etc. .
Entonces uno estaba totalmente enfocado en la medicina para seguir aprehendiendo, hacerse más sabio para venirse viejo haciendo docencia con los más inexpertos.

Diseñaba estrategias para poder innovar con otras formas de terapia, y así en plena época en que se indicaba reposo absoluto casi para todo, probar con la gimnasia y las caminatas, (con el profesor de gimnasia Pablo Salvagno “PALI”)creamos un club de caminantes, saliendo de la Vecinal hasta el Parque Alem para hacer los ejercicios arriba del puente; durante años, tanto que los automovilista que pasaban por debajo del puente nos tocaban bocina saludando pues ya nos conocían y luego volvernos caminando acompañándonos con el mate; disfrutando de la naturaleza y estimulando los sentidos. Disfrutando el encuentro social y la caminata.

La gimnasia en el viejo salón de la Vecinal con el profe “Negro” Victor Nuñez y las primeras corajudas 5 o 6 pacientes que creyeron en mi-llegarían a ser muchos más de 100- iban a demostrar en la práctica que la gimnasia masiva para la tercera edad es excelente para prevenir, rehabilitar y revivir el ánimo; porque con la práctica se constata la teoría de que se estimulan endorfinas que bajan y mucho los dolores y se liberan hormonas euforizantes.

Con Osvaldo Ortolani-Lalin- nos pusimos a hacer actividad física muy en serio estudiando para que se hacía cada movimiento y así notamos que todas las disciplinas tienen la misma base: ERRE. La primera E corresponde a Elongación, que se debe hacer siempre previa y después del ejercicio. La R siguiente es la relajación física y mental; son los 10 minutos finales de descanso para percibir los sonidos y sensaciones de la naturaleza. La segunda R es la Respiración, lenta con inspiración y espiración profundas La E final es de Equilibrio, el físico con ejercitación muy frecuente y el mental es una difícil meta pero no imposible.

Debemos darnos un tiempo cada día para la ejercitación porque nos hace muy bien y es la mejor manera de prevenir enfermedades y al aplicar la ERRE estaremos haciendo yoga. Ballet, artes marciales etc., etc.
Ante el drama de los trastornos de memoria se me ocurrió la regla de las tres A: Atender, Anotar, Acomodar. Digo atender pues no es lo mismo escuchar que oír ni ver que mirar ya que en las dos primeras ponemos atención; seguro somos conscientes de los olvidos, entonces anotar y por último, perdemos cosas por no recordar donde las pusimos, entonces hacer un lugar para cada cosa, incluso para las cosas que no tienen lugar y después hacer como en el jardincito: a guardar a guardar cada cosa en su lugar.

En el interrogatorio preguntar el nombre de la mascota y aconsejar su tenencia porque la soledad desespera y mata porque el amor que no se recibe ni da se lo pierde quien más lo necesita.
Gracias infinitas por permitirme contar y publicar una simple historia de vida; por la suerte de haber podido trabajar en lo que me apasiona; de tener una hermosa familia; de pertenecer a un barrio y una Vecinal orgullo de la ciudad que a lo largo de tantos años han bancado mis locuras; a tantos personajes con los cuales compartí y comparto su Comisión Directiva al igual que las del Centro de Jubilados con personajes como Juanita Nieto y que presido.

A la biblioteca Mariano Moreno con personajes como Flavia –su bibliotecaria-, todos los talleres y sus talleristas y sus profesores (otros locos apasionados por lo que hacen) a este periódico y Fernanda (un tractor impresionante) que me permitió descubrir mi beta de escritor; y los colaboradores que hacen el esfuerzo para cada ejemplar.

Precisaremos la creatividad artesanal para reinventarnos y liderar la reconstrucción desde las cenizas pandémicas Al primer actor y artesano del barrio Lalin Ortolani, en cuyos sueños viajamos y nos permitirán inaugurar nuestro nuevo y lujoso edificio en J.J. .Paso 2515 en un año y medio.

Dr. Daniel Gurevich
Director del Centro de Médico
de la Vecinal Empalme Graneros

 

 

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