
Si la vida deja de tener sentido debemos darle vida a los sentidos.
Quizás para muchísima gente esto se limite solo a nacer, reproducirse y morir como sucede con todas las especies vivas y es totalmente entendible para cumplir con la preservación de las especies. Sería correcto si omitimos que nuestro cerebro y cuerpo ha sido dotado generosamente en comparación con todos los demás seres vivos. Es imprescindible comprender que nuestro brevísimo paso por la vida (en comparación con los miles de millones de años de la creación y de nuestro planeta) no puede ser en vano.
Por el contrario, sería lógico pensar que tanto esmero y precisión; donde nada quedó librado al azar, tiene que haber sido con un propósito trascendental para la evolución de la humanidad. Este es un mandato que traemos ancestralmente porque cuando el hombre prehistórico se hace sedentario para hacer cultivos y tener animales, crea el alfabeto y la escritura; y con el excedente de su producción, en vez de acumularlo (capitalismo) lo utiliza para festejar los tres acontecimientos más trascendentales de su vida que eran el casamiento, el nacimiento de sus hijos y dejar perpetrado su paso en grandes monumentos funerarios o en su entierro, de acuerdo a la condición económica ya tenia una idea muy concreta de a trascendencia de la vida. ¨ Rescatar lo memorable y que la amenaza del olvido no llegue a abolir el trabajo de los hombres ¨–Herodoto de Halicarnaso-.
debe tener un propósito superador en la historia personal, familiar y de la sociedad con la que interactuamos. Podríamos decir que el sentido de la vida debe ser la búsqueda del equilibrio. Basta observar la perfección con que todo está puesto en la naturaleza. El cuerpo de todos los seres vivos es un gran aparato de homeostasis y se puede apreciar por su mayor complejidad en el humano. Son los infinitos mecanismos que tiene el organismo para mantener estables absolutamente todas sus funciones, como temperatura, energía, niveles hormonales, control del medio interno, etc. Basta observar el vuelo de un pájaro o las poses de un bailarín clásico para comprender un diseño aerodinámico perfecto tratando de colocar el centro de gravedad en el lugar óptimo para cada función.
Lo mismo y con igual importancia es el cuidado del equilibrio mental y emocional con técnicas de yoga, relajación, actividad física y fundamentalmente de respiración para un aporte de oxígeno adecuado para todos los tejidos y especialmente el cerebro; más una importante oferta de agua para la desintoxicación. Muy por el contrario de todas éstas prácticas sanadoras y económicas nos alimentamos con chatarra, consumimos alimentos transgénicos porque éstas técnicas aumentan los rindes y abaratan costos a cambio de nuestra salud; vivimos de modo cada vez más estresante impulsado por la sociedad de consumo; arremetemos contra el medio ambiente y el equilibrio ecológico quemando bosques milenarios para utilizar las tierras en sospechosos cultivos o cría de ganado tratado con hormonas para aumentar kilaje; extraemos minerales con técnicas que contaminan los suelos , ríos y mares.
Estamos en la búsqueda del placer por medios que tienen que ser de efecto inmediato como alcohol, cocaína marihuana, éxtasis, etc. que terminan produciendo dependencia y adicción pero lo preocupante además es que son formas de evasión de la realidad o tomamos antidepresivos, somníferos o productos para la disfunción sexual sin tener verdadera necesidad, sin siquiera haber intentado los métodos antes enumerados. Lamentablemente esto no se enseña regularmente en los claustros académicos porque no es ciencia dura que se pueda dosar aunque sea muy evidente el beneficio en felicidad y calidad de vida. Además en el mundo mercantilista actual, no produce altos honorarios profesionales ni costosísimos medicamentos ni la utilización de onerosa aparatología y demás tratamientos.
Por todo el contenido del texto debemos volver al subtitulo y comprender que si tal vez hemos perdido el sentido de la vida o nunca intentamos dárselo aún estamos a tiempo porque dentro de la perfección con que estamos hechos, venimos dotados de sentidos y sentimientos y seguro nada más reconfortante que una caricia o abrazo, la calidez de un solcito en invierno, el deleite con una pintura, un amanecer u ocaso, el canto de un pájaro o una sinfonía pero fundamentalmente debe ser el cerebro (la mejor P.C. aún no superada ) quien nos conduzca por los caminos correctos y nos ayude en la determinación, que pese a los peores escollos y tentaciones la vida es bella ,única e irrepetible .

Director del Centro de Médico
de la Vecinal Empalme Graneros
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