
Norma Casalotti y Oscar Torres se casaron un 31 de julio de 1958. Se conocieron cuando eran niños y ya llevan sesenta años de matrimonio. En una charla con este medio, nos toman de la mano y nos llevan a recorrer una linda historia de amor en un Empalme Graneros de otros tiempos.
¿Cómo se conocieron? Norma nos cuenta – Vivíamos en barrio Industrial, y mi papá fabricaba sillas de junco en nuestra casa; Oscar y uno de sus hermanos estaban siempre en mi casa trabajando con mi papá, que les daba unas monedas, siempre estaban en mi casa, se quedaban a comer, éramos muchos hermanos, pero siempre había lugar para alguien más. Teníamos 10 años más o menos, íbamos a la escuela juntos, yo era muy inteligente y buena alumna, pero él estaba siempre en la calle jugando a la pelota con los otros chicos en la canchita.
¿Cuándo se pusieron de novios? Norma – A los 14 años, estuvimos de novios hasta los 19 que nos casamos, yo tenía 19 y él 20 ya cumplidos, Oscar estaba haciendo el servicio militar y le dieron la baja porque íbamos a casarnos, se armó todo en menos de 6 meses. Los dos trabajábamos en Estexa, y cuando yo salía de trabajar él me iba a buscar, íbamos caminando por la avenida Alberdi y siempre parábamos en la joyería de Reconquista y Av. Alberdi a mirar las alianzas; recuerdo que con los ahorros de Oscar por fin las pudimos comprar.
¿Cuándo vinieron a vivir a Empalme? Norma – El terreno lo compramos cuando todavía estábamos de novios, pagábamos $23 al mes. Nos casamos y compramos una casilla desarmada, dejamos los materiales apilados en un paredón que iba a ser la casa de mi hermana. Casualmente, casi 50 años más tarde, vivimos en el terreno donde estaban guardadas nuestras cosas para tener la primera casa… (entre risas y nostalgia).
¿Cómo era todo entonces? Norma – La única calle pavimentada, según recordamos, era Juan José Paso, el resto era un barrial, nos íbamos agarrando de los alambrados para no resbalarnos hasta llegar a la calle firme, no había luz, agua, nada! Y me acuerdo que mis hermanos nos decían -cuando apenas nos casamos- “ustedes están locos, mira si se van a ir a vivir a Empalme, que no hay nada” – y algunos años después varios de ellos terminaron viviendo acá también, cuando armaron sus familias.
Prosiguen los recuerdos de Norma que nos llevan a un Empalme de hace casi medio siglo atrás. Norma – El agua había que ir a buscarla a la canilla pública de Cabal y Av. Génova, o enfrente de Betty, que en realidad era su mamá quién tenía el almacén de campo. El camión municipal pasaba tres veces a la semana para dar el agua para lavar la ropa, o había que juntar en un tanque el agua de la lluvia, nosotros al tiempito pudimos comprar una bomba de agua y venían algunos vecinos a sacar de nuestra casa, igual, entre los vecinos juntamos plata entre todos e hicimos traer desde Juan José Paso la luz. Pero pasó mucho tiempo! Teníamos una tele, la única por acá, y venían los nenes a sentarse en el baldío que estaba al lado de la casa mirar la tele a la tarde, que la sacábamos a la galería en verano.
¿Cuál era transporte público en esos años? Norma – En Empalme pasaba el 56 que terminaba el recorrido en La Gloria, y había que caminar hasta acá, anteriormente, nosotros dejábamos el calzado para el barro en un paredón y cuando volvíamos, para entrar por Cullen, nos las poníamos y llevábamos en la mano las buenas, así no nos ensuciábamos.
¿Qué más recuerda del barrio? Norma – Nosotros vivíamos enfrente de la escuela Ortolani, que anteriormente era una canchita, donde los sábados jugaban a la pelota y venían a comprar al almacén, se sentaban todos los muchachos también a ver la tele cuando terminaban de jugar. La única escuela cerca era la 456 y la del padre Agustín, que con dos salones ya daba clases, ahí fueron nuestras hijas, Mirta y Claudia. Sin dudas han vivido momentos difíciles como la inundación . . .
Norma – Pasamos la inundación del 86 que fue muy dura, el agua llegó a tapar las ventanas y los muebles se arruinaron todos. Me acuerdo que me levanté a la madrugada a buscar agua para tomar y mis pies se mojaron, el agua subía muy rápido y en menos de dos horas ya estaba arriba de la cintura, los muebles flotando, por suerte, nosotros siempre tuvimos palomas de carrera, y pudimos quedarnos en el palomar hasta que bajara el agua. Vecinos nos traían cosas del almacén en una canoa, y nuestra hija más chica estaba embarazada, por casarse y mi otra hija haciéndole el vestido de novia ahí, sin luz. Fue muy difícil, pero siempre lo pasamos juntos. Se suma Oscar a la charla que nos va dejando muchas anécdotas de Empalme Graneros.
Sin dudas son esos momentos en que atesoramos para conocer nuestro pasado y cómo era nuestro querido barrio tiempo atrás. Oscar – Después nos fuimos mudando, estuvimos un tiempo en Buenos Aires por el trabajo y después volvimos para el barrio, a mediados de los 70. Pasamos por varias casas, pero de Empalme no nos fuimos más. Pensar que pasamos toda la vida juntos, desde que éramos chiquitos, mira si nos conocemos! Desde que teníamos 10 años y seguimos juntos. se puede estar bien, o mal, pero juntos, acompañándonos, Norma Casalotti y Oscar Torres se casaron un 31 de julio de 1958. Se conocieron cuando eran niños y ya llevan sesenta años de matrimonio. En una charla con este medio, nos toman de la mano y nos llevan a recorrer una linda historia de amor en un Empalme Graneros de otros tiempos.
Norma y Oscar, celebran sesenta años de matrimonio. Sus vidas se cruzaron desde que eran pequeños, compartiendo la escuela primaria y luego todo un camino que hoy los encuentra tan unidos como el primer día. Norma y Oscar junto a su nieta, Noelia Torres, quién además es nuestra gran colaboradora del periódico. hoy nos acompañamos a mirar la tele, a leer el diario del barrio que trae la nieta, con achaques de la edad, y todo. Pero acá estamos todavía, con 60 años de casados.
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